El jueves estuvimos un ratito viendo a Raubtier.
No son precisamente de mi gusto, demasiado industrial, pero mola ver la cara de mis hijos por primera vez en un concierto metal.
Una cosa curiosa es que los niños no eran los únicos con tapones de oidos, aquí es que son todos muy sensibles al ruido y se ponen tapones hasta para usar la batidora. Da un poco de grima ver heavys de dos metros tatuados por todas partes pero con tapones.
Ese mismo día había actuado la banda de Marky Ramone y cuando nos ibamos empezaba Turbonegro, con sus clubs de fans vestidos de moteros.
El concierto que sí que disfrutamos fue el de Lancer, un grupo de Karlstad muy pero que muy ochentero y que personalmente me encantó (este si es mi estilo).
Hacía mucho tiempo que Sergio no movía la melena.
El sábado fuimos ya sin niños al concierto de Black Label Society. Tocaron solo una hora, pero estuvo muy bien.
Zakk Wylde sacó como seis o siete guitarras diferentes.
El sábado no fuimos, no nos gustaba ningún grupo. Aunque me quedé con la curiosidad de escuchar a Ulf Lundell, el Bruce Springsteen sueco.
Por supuesto cada vez que encontramos algo "español" nos sacamos una foto, así que cuando vimos el puesto de churros (spanska delikatesen), no nos pudimos resistir. No los probamos porque estaban a precio de oro, como no.
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